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El peor abuso en oratoria

Resultan poco atractivas las presentaciones en Power-Point (o el formato de moda que quieras) de textos extensos, letras diminutas o fondos oscuros, pero lo peor es que el disertante se pase leyendo su charla y de espaldas al público.

Poco gracioso resulta el orador que se pasa haciendo chistes. Sin equilibrio o moderación, es molesto tanto el disertante inquieto como el estático y anclado al escritorio.

Sin embargo, el peor abuso en oratoria es excederse en el tiempo. Ya en otro artículo de este blog, remarcábamos la importancia de la organización.

Frente al anterior párrafo. . . el discurso debe ser: ¿LARGO O CORTO?

Hoy resaltamos que, la mejor charla es aquella que termina “antes de tiempo”, especialmente si estás dando tus primeros pasos en la oratoria.

Adaptados a la actualidad, a los nuevos medios de comunicación, al “scroll” o rápido desplazamiento que hacemos en nuestro teléfono celular para ver los contenidos en redes sociales, mails o en una web:  un texto, una publicidad, un audio, un video debe ser corto pero contundente; ¿por qué, entonces, pretender un discurso extenso e interminable?

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LAS CONSECUENCIAS DE ABUSAR DEL TIEMPO

Si eres de aquellos que dice terminar a las 12 y termina a las 12.30 horas, muchos de tus alumnos seguramente perdieron la frecuencia del ómnibus o colectivo, otros llegarán tarde a otra cita, otros deberán comprar comida por falta de tiempo para cocinar y otros quizás hasta supriman el almuerzo.

Que tu estés entusiasmado y quieras desarrollar hasta la última coma o pensamiento de tu discurso, no significa que todo tu auditorio reciba con entusiasmo el hecho de que “te pases con el cierre de tu charla”. Recuerda que, al finalizar el discurso, tendrás asistentes que personalmente se acerquen para evacuar sus dudas o perspectivas, no quites esa oportunidad.

Es mejor cerrar la idea 10 minutos antes y que todos se queden con la sensación de: “¿ya terminó?” y deseen conocer más del tema y del orador, que en una futura charla ni se anoten porque siempre te excedes con los tiempos.

Por último, te regalo este dicho popular, para que siempre lo lleves presente: “lo bueno si es breve, dos veces bueno”.

Lic. Guadalupe Ortellado.-

Dos antiguas prácticas del orador

Las técnicas en oratoria no tienen fecha de caducidad, no pertenecen a una moda ni se vuelven obsoletas; muchas se actualizan y otras se complementan.

Si deseas formarte como orador todo recurso es válido, aunque la práctica te dirá cuál se adapta más a tus necesidades.

Sin ir más lejos, uno de los oradores más relevantes de la historia, Demóstenes solía hablar con piedras en la boca y recitar versos mientras corría. Para fortalecer su voz, además hablaba en la orilla del mar por encima del sonido de las olas.

No obstante, algunas estrategias dependerán del tiempo que dispongas y/o del lugar en el que te encuentres  o del contexto, es decir, si las aplicarás minutos previos al discurso o si las implementarás como un hábito o modalidad de trabajo constante.

En esta oportunidad, como antiguas prácticas, subrayo lo efectivo que resultan la lectura y los trabalenguas como ejercicio de vocalización de palabras.

improvizaciónCierto es que, para enriquecer el vocabulario es imprescindible leer siempre: revistas, manuales, crónicas, novelas, noticias, artículos científicos, recetas, gacetillas electrónicas, diccionarios, prospectos, folletos, volantes, carteles, boletines, etc. Sólo así y con constancia, ampliarás el conjunto de términos y palabras que habitualmente usas para expresarte.

Lo anterior sirve para todos, sin embargo el agregado o plus para el orador es: siempre LEER EN VOZ ALTA y hacer valer todos los signos de puntuación.

Ahora, si deseas hacer un calentamiento vocal, deberás animarte a jugar: exagerando expresiones e incluso leer de corrido sin considerar puntos, comas, signos de admiración ni de interrogación.

Puedes practicar tu entonación leyendo un texto corto, con diferentes actitudes y énfasis: optimista, burlón, triste, desconcertado, etc. Haz la prueba con la siguiente expresión: “Que día hoy”.

En cuanto a recitar trabalenguas, no sólo te ayudarán a mejorar la articulación de las palabras, también te dispondrá con una actitud positiva y relajada para subir a cualquier escenario:

 «Tres tristes tigres comen trigo en un trigal en tres tristes trastos. En tres tristes trastos, comen trigo en un trigal, tres tristes tigres.»

Así como, hay quienes entrenan en un gimnasio o corren por las mañanas, si haces de estas prácticas un hábito, cada vez te sentirás más seguro para hablar en público.

Más técnicas y recursos de oratoria (como la importancia de la respiración) en próximos artículos.

Lic. Guadalupe Ortellado.-