¿Te ha pasado que al comenzar la búsqueda laboral lo haces con optimismo y a medida que avanzas te vas desinflando como globo, porque la realidad es más dura de lo que imaginabas?.
En fin, para que eso no suceda o mejor dicho, para que logres reponerte rápido de dichas situaciones, es necesario que aprendas a manejar tus emociones antes de salir a “patear la calle” para entregar tu currículo.
Si las emociones toman el control es seguro que tu lenguaje corporal en una entrevista laboral no será el correcto, tanto que podrían etiquetarte de “poco apto para la tarea” ya sea por manifestarte (inconscientemente) como inseguro, arrogante, nervioso, tímido, etc.
Puede que la ansiedad te exponga como un manojo de nervios, al punto de no saber responder “¿qué podrías aportar a la empresa?”. Incluso la desesperación puede empujarte a suplicar el puesto con motivos muy valederos por cierto (económicos, salud) pero grábate (y seré dura pero realista con esto): las empresas buscan un empleado, no una persona para hacer beneficencia; para eso participan en eventos “prensables” como el día del niño, entre otros.
Sin duda, si te dejas dominar por las emociones negativas en menos de dos semanas de búsqueda laboral serás invadido por la desesperanza y no sabrás como retomar las riendas.
No pecaré de ingenua, el contexto económico no es favorable por ello es fundamental que las emociones no nos jueguen una mala pasada a la hora de enfrentar a un reclutador, determinando nuestra contratación o no.
Recuerda que, no se trata de controlar y reprimir, puesto que a la larga terminarás explotando en llanto o ira y será peor.
Lo que te propongo es que, manejes y gestiones las emociones a fin de capitalizarlas y optimizar cualquier encuentro o posible vínculo laboral. Hay muchos y variados métodos sobre los cuáles me explayaré en próximos artículos, por ahora un consejo básico: organiza tu tiempo; equilibra las horas de búsqueda laboral con 1 o 2 horas de ejercicio físico, caminata o baile y verás resultados sorprendentes desde lo anímico e incluso en la generación de ideas que podrían abrirte nuevas ventanas al mundo del trabajo.
Lic. Guadalupe Ortellado.-
Buena Data 